Cada trabajo que realizamos, desde el mueble tallado en madera hasta la estatua tallada en madera, es una pieza única porque está hecha a mano por un solo artesano que realiza todo el trabajo con gran destreza. Esto también justifica pequeñas diferencias o cambios en curso. El mismo principio se aplica a nuestros trabajos de tejido. Mientras que para el arte sacro o las obras de cierto tamaño, la obra se convierte en una gran colaboración con diferentes artesanos y maestros, una continua reanudación del trabajo para crear armonía.

Gracias a la asociación, nosotros artesanos tenemos la oportunidad de crear verdaderas obras de arte quedándonos a vivir en nuestros pequeños pueblos dispersos en los Andes, sin tener que emigrar al extranjero o buscar fortuna en las grandes ciudades sudamericanas.

De esta manera podemos vivir cerca de nuestra gente y sostener también las necesidades de nuestras comunidades rurales ayudando a los que son menos afortunados de nosotros.